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El titular del Legislativo visitó a los familiares del policía, que viven en la compañía Cabañas de Caacupé. Jaeggli indicó que el suboficial Díaz Escobar “falleció lejos de su casa. A su corta familia dejó sin esposo y padre. Todo por cumplir con su deber en pos de la seguridad nacional. Este Congreso que hoy presido otorgó a la Policía Nacional, entre 2008 y 2013, casi el doble del presupuesto que anteriormente tenía, pero la vida no tiene precio”, manifestó.
Alfredo Jaeggli agregó que no hay palabras ni beneficios que puedan reparar una pérdida como el fallecimiento del ser más querido.
“Este lamentable y triste episodio me recuerda el libro ‘La Hora 25’, de Constantín Virgil Gheorghiu, en el que se relatan las penurias de un joven oficial durante la Segunda Guerra Mundial, pasando de los campos de concentración a ser miembro de las SS, luego número en la invasión del ejército Rojo hasta ser procesado en los Juicios de Nuremberg. Después de todo vuelve con su familia, y al encontrarse en la estación del tren en Alemania un periodista lo reconoce y le pide una sonrisa para una foto. Su sonrisa muda y el movimiento de sus labios eran escépticos de la condición humana”, relató.
Al referirse al caso del policía paraguayo asesinado, el senador dijo que “aquí también esta familia quedó sin sonrisa, absolutamente apenada, sin palabras. Cirilo cayó en el trabajo de un Paraguay sin violencia. La vida, la libertad y propiedad que fueron arrebatadas a esta familia no tienen precio”, recalcó.
El suboficial Cirilo Díaz Escobar, de la División Táctica Rural (Ditac) de Hugua Ñandu, falleció al estallar una bomba del EPP en Paso Tuja, distrito de Azote’y, el domingo de tarde, tras un primer ataque de los criminales a la comisaría de Kurusu de Hierro.