Muere Gutiérrez Menoyo, comandante revolucionario que se enfrentó a Castro

Eloy Gutiérrez Menoyo, el comandante de la revolución cubana que se enfrentó a Fidel Castro y se convirtió en uno de sus opositores, falleció ayer en un hospital de La Habana a los 77 años a consecuencia del aneurisma que padecía. Enfermo desde hace tiempo, pasó sus últimos años en La Habana “muy tranquilo y muy querido” por sus familiares y amigos, dijo su compañera sentimental Flor Torres.

Se espera la llegada de la hija mayor del disidente, para proceder a la cremación de sus restos, como era la voluntad del opositor.

Eloy Gutiérrez Menoyo fue una de las biografías más singulares de la oposición castrista: de comandante revolucionario pasó a alzarse en armas contra Fidel Castro, cuando este “traicionó” la revolución volviéndola comunista (una corriente de la que, en un principio, Fidel abjuraba públicamente).

Pasó largos años en prisión, lideró un grupo del exilio en Miami y regresó a Cuba para intentar abrir espacios legales a la oposición, de forma pacífica.

Ni fascismo, ni comunismo

Nacido en Madrid (España) el 8 de diciembre de 1934, fue hijo de un médico antifranquista y comandante republicano (antifascista) en la Guerra Civil española.

Tras exiliarse en Francia, en 1948 se trasladó con su familia a Cuba, donde comenzó su actividad política, en 1957, contra la dictadura de Fulgencio Batista.

En la lucha guerrillera contra Batista, el joven Eloy creó y dirigió el II Frente Nacional del Escambray y fue uno de los guerrilleros que entró triunfante en La Habana en enero de 1959.

Obtuvo la nacionalidad cubana y el grado de comandante, pero en enero de 1961, contrario a la línea marxista marcada por Fidel Castro, abandonó Cuba en una balsa rumbo a Florida.

Se unió entonces al movimiento anticastrista Alpha 66 y retornó clandestinamente a la isla para organizar un movimiento armado contra Fidel Castro, pero fue capturado, acusado de espionaje y subversión y condenado a muerte, pena que finalmente le fue conmutada por 30 años de cárcel.

Fue liberado en 1986 gracias a las gestiones del entonces presidente español Felipe González.

Desde 1995 visitó varias veces la isla, donde incluso coincidió con Fidel Castro, con quien mantuvo una larga entrevista.

Decidió fijar su residencia en La Habana en 2003, pero el régimen jamás le volvió a dar documentos cubanos.

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