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En la mañana del jueves último, tres motochorros identificados como Williams David Pereira Martínez (33), Braian Pereira González (18) y Juan De Dios Alonso Argüello (18) fueron detenidos en allanamientos simultáneos efectuados en el barrio Tacumbú de la capital, por efectivos del departamento Investigación de Delitos. Los uniformados lograron identificarlos y capturarlos gracias a que uno de ellos, Williams, vendió en la mañana del jueves 13 del corriente por G. 850.000 el teléfono celular Samsung J5, que el día anterior le arrebataron a tiros a Ricardo Adrián Ortellado Ferrari (26), en un asalto sobre la calle Perú casi Honduras de la capital. La víctima sufrió la amputación de una pierna a causa del disparo que sufrió y sigue internado en grave estado en el Hospital del Trauma.
Gracias a las confesiones de Braian, ahora los investigadores saben que estos tres sospechosos solo eran parte de una verdadera organización criminal compuesta por diez integrantes, que se dedicaba a perpetrar asaltos callejeros con el único propósito de robar teléfonos celulares.
La estructura cuenta con varias armas de fuego, revólver preferentemente y motocicletas de idénticas características, supuestamente como una estrategia para confundir a los uniformados cuando efectúan golpes simultáneos en diferentes puntos de la capital.
Esta banda perpetraba entre cinco y diez golpes por día, los que dejaba ganancias de entre G. 2.000.000 y G. 5.000.000, dependiendo de la calidad de los teléfonos que lograban robar. Pero lo más alevoso del caso es que el mismo Williams se encargaba de vender los celulares en su puesto de ventas en la galería San Miguel del Mercado 4. Aparentemente, otros criminales que operan en la zona Central ya optaron por operar con esquemas similares, ya que ello les deja mayor ganancia y protección ante los organismos de seguridad.
Pese a que el código penal vigente no permite que los “motochorros” sean beneficiados con medidas alternativas a la prisión, en los últimos diez meses del año, 1.567 maleantes fueron liberados bajo distintas figuras judiciales, según demuestra un informe elaborado por la Dirección de Apoyo Táctico de la Policía Nacional.
Los motochorros son asaltantes en motocicletas que actúan armados y con mucha violencia contra personas indefensas, lo que producen los hechos punibles de robo agravado (Art. 167 del CP) o robo con resultado de muerte o lesión grave (Art. 168), que se castigan con penas de uno a quince años de cárcel y ocho a veinte años respectivamente.
Sin embargo, las autoridades judiciales encuentran la forma para liberar a estos criminales.
El director de Apoyo Táctico, comisario principal Abel Cañete, calificó de extremadamente grave la situación ya que el mismo hecho se repite una y otras vez, por ello es que existen adolescentes de entre 14 y 16 años con más de cinco antecedentes. “Los ‘motochorros’, casi todos adictos al crack, son liberados por abogados cuyos honorarios deben pagar. Pero una vez en libertad y con su adicción es casi imposible que puedan encontrar trabajo, situación que los obliga a seguir delinquiendo para pagar a sus abogados, comprar su droga y comer, lo que genera el círculo vicioso” señaló Cañete.
El jefe policial recalcó que los “motochorros” son extremadamente peligrosos ya que generalmente son adictos al crack, operan con el síndrome de abstinencia y ante cualquier intento de resistencia balean o apuñalan a sus víctimas, tal como ocurrieron en los últimos asaltos registrados, señaló.
brlopez@abc.com.py