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FERNANDO DE LA MORA (Antonia Delvalle, corresponsal). El fallecido fue Eduardo Mathías Correa Navarro (18), quien era servidor y monaguillo en la parroquia Domingo Savio de esta ciudad.
Además, era jugador de fútbol. Por ejemplo, actuó en las inferiores del club Deportivo Santaní.
El joven regresaba de trabajar en un local de recepciones y eventos, porque necesitaba juntar dinero para iniciar en el 2018 el cursillo de ingreso a la carrera de Arquitectura.
“Mati”, como lo conocían sus amigos, salió del trabajo aproximadamente a las 2:00, con otros dos compañeros, que también son monaguillos de Domingo Savio y que aceptaron el trabajo precisamente para cuidarse entre ellos.
Taxista indiferente
Como se cansaron de esperar colectivo, tomaron un taxi, que hizo una primera parada en la casa de uno de ellos, quien justamente es primo del ahora fallecido.
El otro compañero siguió viaje con “Mati”, ya que se iba a quedar a dormir en la casa de este porque al día siguiente tenían que trabajar de nuevo.
Pero como ya no tenían plata para completar el viaje, el taxista les bajó sobre la ruta Mariscal Estigarribia casi Pastora Céspedes, pese a que “Mati” le dijo que le iba a pagar al llegar a su vivienda.
Ya cuando ambos jóvenes caminaban, fueron atacados por dos motochorros, sobre la ruta Mariscal Estigarribia casi calle San Carlos, 300 metros antes de llegar a la casa de “Mati”. El crimen ocurrió cerca del Shopping Fuente Salemma.
Eduardo Mathías tardó en sacar su celular porque tenía un pantalón ajustado, y en ese momento acusó una puñalada cerca del corazón.
Un muchacho ejemplar
El sacerdote Sergio Maciel, encargado de la Pastoral Juvenil Parroquial de Domingo Savio, recordó que como no le estaban saliendo las cosas como jugador de fútbol, “Mati” comentó que iba a trabajar como ayudante de cocina de su primo. Incluso, por este motivo asistió solo hasta mayo a la misa de los domingos, donde era monaguillo desde enero de 2016.
“Siempre se manifestó como un chico trasparente, comprometido, servicial, un ejemplo para muchos jóvenes. Era jovial, alegre, cerrista y probó en varios clubes”, acotó.
El padre Maciel dijo que lo sucedido lleva a reflexionar sobre cuánto vale la vida.
“Es una pena grandísima para nosotros, que por un celular (que al final no fue robado) se haya truncado una vida tan joven, una promesa para la patria, porque era inteligente y buen muchacho”, añadió.
Pudo haberse salvado
Eduardo Mathías Correa Navarro, tras ser herido en la calle, tuvo que esperar varios minutos en la escena del ataque, ya que nadie se atrevía a auxiliarlo, pese a los pedidos desesperados de su amigo.
Finalmente, llegó una patrullera de la comisaría 15ª Central de Barcequillo y en la carrocería lo llevaron al hospital de Fernando de la Mora.
“El chico estuvo agonizando una hora. Pudo haberse salvado, pero la capacidad de respuesta en el país es lamentable y en salud significa muerte. Estaba consciente, hablaba, lloraba por el dolor que tenía. Le repetía constantemente a su amigo que no quería morir; le dijo a su papá que se haga algo”, contó el sacerdote.
Fernando Israel Correa Navarro (22) relató que dejaron que su hermano menor muriera desangrado en la patrullera, debido que en el hospital de Fernando de la Mora no le brindaron al menos los primeros auxilios.
“Mati” estuvo unos 20 minutos en la patrullera, que estaba estacionada frente al área de Urgencias.
Fernando manifestó que el médico de guardia, Óscar Arzamendia, apenas atinó a decirle que le llevaran al Hospital de Trauma de Asunción porque necesitaba una cirugía. Como tampoco había ambulancia, Fernando alzó en su auto a su hermano menor y lo llevaron al ex Emergencias Médicas, a donde llegó muerto.
Versión del hospital
La doctora Juana Pavón, del hospital de Fernando de la Mora, explicó ayer a ABC TV que Eduardo Mathías Correa sufrió una herida que debía ser atendida en un hospital especializado.
“El médico ingresó nuevamente a urgencia para llevar equipo de primeros auxilios, pero los familiares lo trasladaron en un vehículo particular”, alegó.