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El abogado y fiscal con permiso Lorenzo Lezcano, quien venía desempeñándose como viceministro de Seguridad Interna, sustituyó interinamente desde el sábado de tarde a su jefe, Tadeo Rojas, quien fue destituido del cargo de ministro del Interior tras la toma y quema del edificio del Senado y el asesinato del dirigente liberal Rodrigo Quintana Arrúa, de 26 años, a manos de la propia Policía Nacional.
Los graves disturbios en el centro de Asunción también derivaron en la destitución del comandante de la Policía, comisario general comandante Críspulo Sotelo Cáceres, quien dejó su lugar a su último camarada de la promoción 1986 que sigue en actividad, el que de hecho era el subcomandante, comisario general director Luis Carlos Rojas Ortiz. Este puede seguir por cinco años por ser un cargo de confianza.
Rojas, a su vez, dejó su puesto de subcomandante al que era el número tres en la cadena de mano, el comisario general director Luis Pablo Cantero Vázquez, de la remesa 1987, cuyos miembros completan en diciembre los 30 años de servicio.
Sin embargo, al menos hasta anoche no había una confirmación acerca del remplazante de Cantero en la dirección general de Orden y Seguridad, cargo desde el cual se maneja toda la estructura operativa.
Los candidatos, con manchas
Los principales candidatos para número tres de la Policía son los otros tres comisarios generales directores (de tres estrellas), Bartolomé Gustavo Báez López, de la dirección general de Logística; Fidencio Elpidio Jacquet Acuña; de la dirección general de Bienestar Policial, y Bernardino Monges Espinoza, actualmente sin cargo.
Báez López fue severamente cuestionado el año pasado al ordenar el desmantelamiento de la oficina regional de Antinarcóticos en Concepción, supuestamente por pedido de la intendenta de la ciudad de Puentesiño, la colorada María Laude Morel Pereira, quien se molestó porque los agentes desmantelaron un centro de acopio y procesamiento de marihuana.
Jacquet, en tanto, estuvo en la mira en 2015, cuando era jefe de la Agrupación Urbana, supuestamente por beneficiarse y apañar una rosca de “policías de papel”, que no trabajaban y se dedicaban a sus actividades particulares a cambio de un porcentaje de su salario.
Monges, por su lado, incluso está sin cargo desde hace casi dos meses, cuando fue echado de la dirección general de Isepol por la venta de las respuestas de los exámenes de ingreso a los postulantes para oficiales y suboficiales.
El otro director general, pero interino, es el comisario general inspector (de dos estrellas) Tomás Cristaldo Pérez, quien justamente sustituyó a Monges en Isepol.
Cristaldo fue jefe de Policía en Asunción y después director de la Primera Zona Policial (Asunción, Central y Cordillera), sin mayores cuestionamientos a su gestión. Él también está habilitado para ser el director general de Orden y Seguridad, solo que tendrá que interinar por dos años hasta obtener el ascenso equivalente al cargo, tal como lo establece la nueva Ley 5757/16, ya en vigencia pero cuya aplicación debe ser ejecutada lo antes posible.
Está vigente, pero no activa
Además de la conformación definitiva de la nueva cúpula, la Policía tiene aún pendiente la aplicación de la nueva Ley 5757 que en teoría ya está en vigencia. Esta normativa, aprobada a fines del año pasado, prácticamente modifica toda la estructura operativa de la institución, que por ejemplo ahora va a pasar a tener 43 comisarios generales y ya no solo 19. Asimismo, la nueva ley ya separa claramente las especialidades de los agentes, en prevención y seguridad, investigación, intendencia y sanidad, entre otros cambios.