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Según los datos que se filtraron del seno del equipo que investiga la ejecución del suboficial Vargas, sería supuestamente en represalia por el pago de unos 300.000 dólares que tuvo que desembolsar la red criminal a cambio de la liberación de una carreta de camión repleta de cocaína.
Los informes dan cuenta de que la megacarga fue interceptada en Pedro Juan Caballero por un grupo de agentes de Investigación de Delitos, quienes habrían cobrado 250.000 dólares a los traficantes, aunque minutos después del primer “arreglo” aparecieron otros efectivos que volvieron a cobrar 50.000 dólares.
Finalmente, un tercer equipo de la misma unidad intentó volver a extorsionar a los narcos, quienes advirtieron que matarían a todos los intervinientes.