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A petición de la fiscala Noelia Naumann, el juzgado de garantías de Luque Jesús Romero dispuso la elevación a juicio oral del proceso abierto al chileno Fernando Damián Salas Segovia, Sauliane y José Cano, padrastro, madre y tío de la víctima, así como la niñera Esmilce Beatriz González Villalba.
La beba Anika falleció el 29 de abril del 2016 en el hospital de Mariano Roque Alonso, a causa de una hemorragia interna, producto de golpes en el abdomen.
La autopsia determinó que la pequeña era sistemáticamente lastimada y que presentaba rastros de abuso sexual, pero que no eran recientes. En principio, todos fueron imputados por homicidio doloso, abuso sexual en niños, violación del deber del cuidado y maltrato.
La madre dijo que salía a trabajar y dejaba a la niña a cargo de su pareja, de su hermano y de la niñera. Sin embargo, la Fiscalía sostiene que es imposible que la mujer no se haya percatado de lo que ocurría, porque las lesiones eran notorias.
“Los moretones eran antiguos, la niña venía sufriendo maltrato hace mucho. No puede ser que no haya visto, Anika tenía hematomas desde la punta del dedito hasta el cuello. En el rostro no tenía pero tenía en la espalda, rodilla, panza, pies, manos, todo, y eran moretones grandes”, explicó Lourdes Servín, presidenta de la organización “Ni un niño más” , quien acompaña el caso.