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PEDRO JUAN CABALLERO (Cándido Figueredo Ruiz, de nuestra redacción regional). Dos sicarios encapuchados y armados con pistolas raptaron a las hermanas Aguayo, en la tarde del miércoles último de la residencia que habitaban en el barrio Obrero de esta capital departamental. Los desconocidos utilizaron una camioneta Ford Ranger blanca de última generación para perpetrar el secuestro.
Tras la denuncia del hecho, los investigadores averiguaron que Fabiana era la esposa de un narcotraficante brasileño identificado como Juliano Pereira, actualmente preso en una cárcel de Campo Grande Brasil.
Las primeras hipótesis manejadas por los uniformados era que Pereira ordenó el secuestro de ambas mujeres, ya que supuestamente hace 15 días, Fabiana visitó al hombre para comunicarle que iba a pedir el divorcio, también averiguaron que las víctimas aparentemente se quedaron con una importante cantidad de marihuana que pertenecía al reo. Inclusive, en el interior de la camioneta Toyota Hilux negra, con matrícula brasileña que usaban las mujeres fue encontrado un kilo de la droga.
Poco después de la 01:00 de ayer, los uniformados fueron alertados de que desconocidos estaban quemando una camioneta blanca en el barrio Perpetuo Socorro de Pedro Juan Caballero. Cuando los agentes llegaron al sitio encontraron la misma Ford Ranger blanca envuelta en llamas y dos cuerpos decapitados quemados en la carrocería, junto a una motosierra, un hacha y un machete. Tras las primeras verificaciones en el lugar se confirmaron que los cuerpos eran de mujeres y efectivamente a unos 400 metros del sitio, los agentes encontraron las dos cabezas de las hermanas envueltas en una bolsa de hule negra.
En la mañana de ayer, los uniformados recibieron la información de que las víctimas estaban estrechamente vinculadas con miembros de la organización criminal Primer Comando de la Capital (PCC), que operan en el Amambay, inclusive, supuestamente frecuentaban la casa donde ocho miembros de la estructura mafiosa fueron capturados el martes último en Pedro Juan Caballero.
Sumado a esto, aparentemente Adriana, quien tenía propiedades en Ponta Porã, Brasil, estaba ligada sentimentalmente con un agente de la Policía Civil y que este encabezó varios operativos que terminaron en el decomiso de importantes cargamentos de marihuana en el vecino país, por lo que el doble crimen sería ajuste de cuentas de la mafia, según dijeron los investigadores.