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Tras su captura en la ciudad de Corrientes, el 21 de setiembre de 2003, el joven fue trasladado 100 kilómetros hasta la localidad de Saladas, donde protagonizó un intento de escape, por lo que lo llevaron otros 285 kilómetros más, a una chacra de una familia de apellido Salgán (cuyos miembros fueron todos condenados).
En este punto, la Policía Federal Argentina localizó el lugar del cautiverio de Schaerer, pero cuando se iba a hacer el operativo de rescate, un agente local (también condenado) filtró el dato y alertó a los secuestadores, que hicieron cruzar el río Uruguay al joven y lo escondieron en la ciudad brasileña de Uruguayana.
Christians Schaerer estuvo en Uruguayana hasta cuando se pagó el rescate por él, en noviembre de 2003, y después fue recogido en lancha por el propio Rodolfo José Lohrmann, luego de que este y los demás miembros de la banda se repartieran el dinero en Curitiba, Brasil.
Querían otro cobro
Lohrmann, quien había prometido liberar a Christians Schaerer en dos horas, tras el pago del rescate, sin embargo lo escondió de nuevo en Posadas, en la casa de un paraguayo de nombre Carlino Rojas Morel (preso en Argentina, pero por tráfico de marihuana), y después lo recogió en un puerto de Encarnación, ya en el lado paraguayo, otro hombre identificado como Justo Pastor Martínez Rojas (detenido en Argentina), primo de Carlino.
Justo Pastor, a su vez, dejó al secuestrado en un campo de la ciudad paraguaya de Edelira, perteneciente a la familia de Antonio Delvalle (desaparecido desde hace años, tras ser capturado en Paraguay, extraditado a Argentina y después liberado).
Christians Schaerer estuvo con vida en Edelira por lo menos hasta mayo de 2004, siempre en la propiedad de los hermanos Antonio, Óscar y Ariel Delvalle, según confirmó en su momento una testigo de nombre Mariela Rojas (pareja de uno de los Delvalle), quien después desapareció por completo.
En casi todos los lugares del cautiverio de Christians Schaerer, estuvo presente Néstor Barzuk, quien fue capturado y condenado.