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El jefe del departamento de Investigación de Delitos de la Policía Nacional, comisario principal Walter Vázquez, mencionó que los cinco principales objetivos de la institución representan un verdadero peligro para la sociedad, por lo que la captura de cada uno de ellos constituye una prioridad absoluta.
La nómina la encabeza el “comandante en jefe” del grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo, Osvaldo Villalba, alias “Alexander”, por quien de hecho rige una recompensa de G. 1.000 millones.
Actúa impunemente en el norte desde hace 10 años, periodo en el que fue responsable del asesinato de 32 civiles, de 18 policías y de tres militares, así como de siete secuestros, dos de ellos aún en curso, en 106 atentados atribuidos al grupo armado que lidera.
Otros miembros de su grupo también en la lista roja de la Policía son, por ejemplo, Manuel Cristaldo Mieres y Magna Meza.
Siempre escapa
Otro fugitivo “top” es Alfredo Jara Larrea, alias “José Villaverde”, cabecilla de la gavilla Agrupación Campesina Armada (ACA), que también opera en el norte del país. Sobre Alfredo pesa una recompensa de G. 500 millones, ya que siempre escapa de los operativos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC).
Después de la muerte de su hermano menor Albino Ramón y de otros de sus cómplices, así como de la captura de su hermana menor y de varios militantes más de la gavilla, quedó solitariamente a cargo de la conducción de la ACA, cuyos principales golpes son los ataques con tinte extorsivo a ganaderos.
De la megabanda
Por otro lado, en la mira de la Policía figura igualmente el asaltante más buscado de los últimos años, Amado Ramón Benítez, líder de la megabanda responsable de todos los últimos atracos a blindados, cajeros automáticos y entidades financieras.
Seis de los integrantes de su cuadrilla perdieron la vida hace tres meses en un enfrentamiento en San Joaquín (Caaguazú), del cual él logró escapar una vez más.
Según los cálculos, ya habría robado en total unos G. 50.000 millones, en los más de 100 atracos que le atribuyen desde hace por lo menos cinco años.
Se habla de que ya tiene hasta estancias en el interior y que siempre anda escoltado por al menos media docena de pistoleros, aunque también se sabe que “colabora” casi mensualmente con un sector de la Policía para mantenerse vigente y en la clandestinidad.
El asesino de Pablo
Desde el 16 de octubre del año pasado, hace casi un año, otro de los más requeridos por la Policía paraguaya e incluso ahora también con orden de captura internacional es Wilson Acosta Marques, autor material, junto a su sobrino Flavio Acosta Riveros, del asesinato de nuestro compañero periodista Pablo Medina Velázquez.
Wilson es hermano de Vilmar Acosta Marques, alias “Neneco”, mandante del homicidio y actualmente preso en Brasil, en espera de su extradición al Paraguay.
Negocio de la cocaína
Clemencio González Giménez, alias “Gringo”, era hasta hace un año el “patrón” de casi todas las actividades ilícitas en la frontera seca de Amambay.
Sin embargo, se despojó de su perfil bajo el 17 de enero pasado, cuando rescató de la propia sede de la Jefatura de Policía de Pedro Juan Caballero una carga de cocaína que había sido incautada una semana antes en la colonia Fortuna Guazú.
Desde aquel día, trascendieron todos sus negocios ligados al narcotráfico y empeoró aún más su situación al ordenar desde la clandestinidad, aunque en supuesto consenso con el preso Jarvis Chimenes Pavão, la ejecución de un policía de Investigación de Delitos que delató a su banda.