Los Chilavert detallan el calvario que vivieron en Odesa, Ucrania

El director técnico de fútbol Marciano Rolando Chilavert y su hijo Iván declararon ayer que vivieron un verdadero “calvario” durante los días que estuvieron en Ucrania, donde fueron mantenidos de rehenes por una organización mafiosa comandada por un hombre conocido como “El General”, quien usa un club de fútbol como “fachada” para disfrazar una red de lavado de activos. Dijeron también que fueron drogados, extorsionados y amenazados de muerte.

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Rolando Marciano Chilavert –hermano del exportero de la selección paraguaya de fútbol José Luis Chilavert– y su hijo detallaron todo lo que pasó en la ciudad de Odesa (sur de Ucrania, a orillas del mar Negro) en una rueda de prensa realizada ayer en la Unidad Especializada de Trata de Personas y Explotación Sexual del Ministerio Público, tras declarar ante las fiscalas Natalia Acevedo y Karina Sánchez.

“Contacté con un empresario de fútbol de nombre Alain, porque había interés de un club para que vaya a dirigir a Ucrania”, comenzó diciendo Rolando Chilavert.

“Llegué con mi hijo el 31 de diciembre a Odesa y en el aeropuerto nos recibió Fernando Martínez Vela con su guardaespaldas diciendo que era el gerente de la institución deportiva. Recorrimos las instalaciones deportivas y después fuimos al hotel”, expresó el DT.

Iván Chilavert continuó el relato comenzado por su padre, expresando que “ellos declararon que mi papá fue a trabajar al Inter Odesa pero fue para dirigir a otro club. Al día siguiente, Fernando nos llevó a su casa a pasar Año Nuevo y ahí hablaron de la parte económica”.

Aparece “El General”

Marciano Rolando Chilavert explicó que al día siguiente les dijeron a él y a su hijo que el presidente del club “era de fachada”, que todo era manejado por un hombre muy poderoso conocido como “El General” y que debían reunirse con él para firmar el acuerdo.

“Era algo muy raro, no sabíamos dónde nos íbamos a meter. Fernando se juntó con nosotros y nos dijo que ‘El General’ manejaba Odesa y que era una persona a la que no le temblaba el pulso para mandar bombas a quienes no le pagaban su impuesto”, explicó Iván Chilavert.

“Ese día nos llevaron a un bar pasando por un túnel. Nos explicaron que el lugar era blindado y que ‘El General’ era el dueño. Llegó esta persona cuyo nombre real no sabemos y nos explicaron cómo era el trato en la parte económica”, siguió.

“Después nos dijeron que como visitantes debíamos pagar la cuenta del bar (supuesta costumbre local) y cuando quisimos hacerlo en dólares, ellos explotaron, se ofendieron y dijeron ‘Acá se paga en grivna (moneda ucraniana), euros o tarjeta’. Hubo una discusión y finalmente nos dejaron pagar”, prosiguió.

“El General” les mencionó que era una costumbre de la zona que los invitados reciban “masajes especiales”, pero ellos se negaron y pidieron que se los lleve nuevamente al hotel.

Mediante gestiones diplomáticas y el guaraní

Los Chilavert explicaron que cuando contactaron con los diplomáticos paraguayos de la Embajada en Austria, así como con la consulesa en Kiev y su marido, cuyos nombres omitieron brindar a la prensa, hablaron con ellos en guaraní para burlar la vigilancia de Martínez Vela. Dijeron luego que los mismos se presentaron al hotel en Odesa y les dijeron que venían para rescatarlos, pero primero había que conseguir permiso del ‘El General’. Este accedió bajo la condición de que abandonen la ciudad inmediatamente.

“Llegamos hasta la estación de buses (para ir a Kiev, la capital) y nos rodearon unos que parecían militares mientras les esperábamos a la policía diplomática ucraniana. Si nos subíamos a ese bus nos mataban, nos iban a acribillar”, rememoró Iván. 

“Salimos a toda velocidad de la Terminal de Odesa (en dos camionetas de la policía local), llegamos en 3 horas a Kiev (a 470 kilómetros). Al llegar al consulado paraguayo recibimos nuestros pasaportes y estuvimos a salvo”, concluyó.

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