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Se trata de Fidel Valiente, de 32 años de edad, quien cayó en una operación del departamento de Investigaciones del área Central.
El comisario principal Germán Arévalo, responsable de la investigación, explicó que fueron a buscar a Fidel por el asalto en el que fue asesinado Juan de la Cruz Ríos Benítez, de 52 años, en la madrugada del 27 de febrero pasado en el barrio Kennedy de Capiatá.
La víctima fue baleada en la cara al tratar de evitar que le robaran sus botines y celular a su hijo de 14 años, con quien esperaba colectivo para que el chico llegara a su práctica en el club Deportivo Capiatá.
Sin embargo, grande fue la sorpresa de los policías cuando el mismo sospechoso negó rotundamente haber matado al señor Ríos Benítez, pero en cambio terminó confesando su participación en otro asalto en el que murió un empleado de la empresa Tigo.
Se trata de un golpe perpetrado por dos motochorros en la noche del 15 de febrero pasado en el barrio Industrial de San Lorenzo, donde fue atacada una joven de 21 años que caminaba hacia su casa.
La chica fue despojada de su celular y golpeada con la culata de un revólver.
El asalto ocurrió justo frente a la casa de la madre de la víctima, donde a su vez estaba sentado en el patio el padrastro de la joven, Felipe Ramón Romero Amarilla, de 34 años.
Este último, al ver que su hijastra era asaltada, intentó salir a defenderla, pero como el portón ya estaba llaveado agarró una piedra e intentó lanzarla contra los malvivientes.
En ese momento el motochorro que tenía dominada a la chica en la calle disparó contra el padrastro de esta, desde una distancia de 40 metros.
Desafortunadamente, el proyectil pasó entre las rejas del portón e impactó contra el pecho de Felipe, quien cayó muerto en el lugar.
El detenido de ayer dijo que él “solamente” manejó la moto y que el autor del mortal disparo fue Sebastián Ojeda Paredes, de 22 años, alias Pana, quien se encuentra prófugo.
En la casa intervenida se encontró el revólver calibre 38 con el cual fue ultimado el empleado de Tigo.