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La casa de la pareja conformada por la paraguaya Romina Celeste Núñez Rodríguez (25) y su marido, el español Raúl Díaz, ubicada en Costa Teguise (Lanzarote), fue sometida a inspección por la Guardia Civil, cuyos investigadores lograron identificar zonas de la edificación que fueron pintadas hace poco tiempo.
Lo señalado hace sospechar que esa acción habría sido con la intención de ocultar algo, tal vez evidencias de un crimen. La mencionada ciudadana, oriunda de Ñemby, está desaparecida desde el 31 de diciembre último.
Igualmente, se pudo comprobar que Díaz adquirió soda caústica, producto altamente corrosivo y usado para limpieza. Esto sucedió luego de la desaparición de Romina Núñez. De acuerdo con las estimaciones, la compra se efectuó entre el 2 y el 6 de enero pasado.
En esas mismas fechas, según admitió Raúl Díaz, tras tener escondido el cadáver de su esposa dentro de la casa, intentó incinerarlo con el fin de deshacerse de él. Sin embargo, no se desintegró por completo y tomó la decisión de arrojar al mar los restos.
Para ello, alquiló un vehículo en el que luego transportó el cuerpo de la joven. Esto también lo confirmó la Guardia Civil mediante el odómetro del rodado, que hizo un recorrido de 1.000 kilómetros en esos cuatro días, según publicaciones.
Pese a que al automóvil usado por Díaz ya fue inspeccionado por la guardia, hoy será revisado con mayor profundidad con el fin de detectar restos biológicos de ADN que puedan dar fe de que el vehículo fue utilizado para el traslado de restos humanos.
Mientras se siguen realizando fiscalizaciones en las distintas plantas de la vivienda de Romina, la policía decidió ayer suspender cautelarmente la búsqueda de los restos, los cuales, según confesó Raúl, los arrojó al mar desde la costa de Lanzarote, según dicen los informativos en España.