Cargando...
Las detalladas anotaciones del EML, contenidas en un cuaderno, registran todas las acciones ejercidas por los criminales desde setiembre de 2017 hasta el 25 de julio de este año, es decir, dos días antes del enfrentamiento que sostuvieron contra elementos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC).
La balacera se desató en el campamento del EML, en un monte de la colonia Tacuara, distrito de Arroyito, departamento de Concepción, a 5.500 metros de la casa de la joven Nilda Rosana Irala Rodríguez (25), quien a su vez fue acribillada a tiros el 17 de julio pasado por los integrantes de dicha organización delictiva, dirigida por Alejandro Ramos Morel y que, por ejemplo, perpetró el secuestro del ganadero Félix Urbieta Ramírez (67). Este último lleva un año y nueve meses desaparecido.
Supuestamente, la joven madre Nilsa Rosana Irala Rodríguez brindó información a la FTC y por eso fue ejecutada frente a su madre y sus cinco hijos. Uno de los niños huérfanos es hijo de Albino Ramón Jara Larrea, quien junto a su hermano Alfredo comandaban la banda armada ACA.
Esta gavilla fue desarticulada con la muerte de 15 de sus integrantes, entre ellos justamente los hermanos Jara Larrea.
Sin embargo, uno de los puntos reveladores que contiene el libro de novedades del EML es que supuestamente la ACA fue refundada y actualmente opera en la misma zona, es decir, en la margen izquierda de la Ruta 5, entre los distritos de Horqueta, Arroyito y Yby Yaú, siempre en el departamento de Concepción.
En ese sentido, los miembros del EML consignaron en su cuaderno que el ataque al retiro “Don Rodrigo” de la estancia “La Novia”, ocurrido el 10 de octubre de 2017, en realidad fue perpetrado por los integrantes de la refundada ACA. La FTC había atribuido dicho golpe al grupo EML.
Aunque no se sabe con precisión quiénes serían los miembros de la nueva ACA, se presume que la cabecilla es Zulma o Emiliana Jara Larrea, quienes también son hermanas de los abatidos Albino y Alfredo.
Aparentemente, los nuevos miembros de la ACA se reúnen en el monte solamente para atacar estancias y extorsionar a sus propietarios, y luego se reincorporan a sus vidas cotidianas.
Pobladores de la colonia Tacuara emitieron ayer un comunicado de repudio a la violencia actual en la zona.