Es que el joyero, en aquel entonces, necesitaba promocionar su negocio “Armando Joyas” y veía en la vedette una oportunidad ideal para hacerlo, al prestarle el collar y los aros de zafiro más exclusivos que tenía a la venta en ese momento.

De hecho, Moria usó las joyas, durante un show que dio en la Conmebol de Luque, el 27 de julio de 2012, en el marco de un acuerdo publicitario aparentemente inofensivo para ambos.

Pero tal vez como intuyendo posibles complicaciones, el joyero se había asegurado y, además de llevar a un camarógrafo para que filmara todo el evento, también contrató a la escribana pública Olga Insaurralde para certificar el préstamo de las alhajas.

Aquel documento labrado por esta, finalmente, sería clave para inicial el mediático proceso que derivó, más de tres años después, en el encarcelamiento en Paraguay de una de las figuras de la farándula más emblemáticas de la Argentina. Recién ahora, el caso aparentemente tiende a destrabarse. Más información en la página 66.