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El hecho ocurrió en el domicilio de la víctima el 24 de septiembre del año pasado. Salvador Ríos declaró ayer ante el tribunal de sentencia integrado por los jueces Víctor Alfieri, Elio Ovelar y Daniel Ferro, que recibió a su hermano de madre en su casa porque no tenía dónde vivir. “Él renunció a su trabajo y tenía problemas económicos, por lo que le designé una habitación en mi domicilio, pero le advertí que tres meses le podía tener conmigo. Justo a los tres meses me hizo esto”, señaló.
Refirió que el día en que ocurrió el hecho invitó a su hermano a tomar tereré que tenía cerca de su habitación. Añadió que fue hasta la cocina a preparar el tereré y al salir se fija en el basurero, “como yo era una persona muy observadora, veo una cajita de celular y ya no le vi a mi hermano y ahí él me llama por mi apodo, Cacho, y me derrama la soda cáustica. El médico le dijo a mi esposa que ya no había nada que hacer, que perdí la visión”.