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El progenitor pretendía que se aceptara al chico a pesar de que éste no pasó los exámenes de matemática, comprensión de texto y presentó ensayos en castellano e inglés en un nivel inferior para un alumno del 9º grado. Además, en una entrevista el propio alumno dijo que “no quería estar en el ASA”, y que era más bien lo que pretendían sus padres.
El juez Ferro, que en un primer momento hizo lugar a la medida cautelar de urgencia y ordenó a la institución admitir e inscribir al menor, finalmente rechazó el amparo porque consideró que el menor realizó las evaluaciones de admisión correspondientes con base en el reglamento de la institución y no aprobó, por lo que no se puede hablar de vulnerar derechos de igualdad y de acceso a la educación, dijo.