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Poco antes de la medianoche del sábado, agentes del departamento Contra Delitos Económicos de la Policía entraron en forma simultánea a dos edificios de la capital del Alto Paraná en busca de Gregorio Daniel González Vera, quien aparece como uno de los principales responsable del frustrado contrabando de oro paraguayo a Hong Kong.
Una de las intervenciones fue realizada en el edificio El Sol, ubicado en la avenida San José casi Juan Pío Caballero. El segundo lugar allanado está en la planta baja de un edificio sin nombre en el kilómetro 4 de la supercarretera Itaipú, que supuestamente figura como oficina administrativa de la firma Cristal Esteño SA. En ambos sitios fueron encontradas importantes documentaciones que conectan a la compañía con todos los hechos investigados.
Las evidencias recogidas fueron remitidas al Ministerio Público para ser analizadas, confirmó ayer el jefe de la sección de combate contra Delitos Económicos y Financieros, comisario principal Abel Cañete.
Igualmente, los agentes buscaron documentos que puedan ayudar a identificar a otros miembros de la organización criminal que opera detrás de la empresa Cristal Esteño SA. De acuerdo con los agentes, esta estructura tendría la protección de personas muy influyentes, ya que operaba impunemente desde el este del país.
La primera referencia que se tiene sobre la mencionada firma, fue cuando en el 2014 apareció vinculada en la importación de más de 200 lujosos automóviles denunciados como robados en Europa. Ese mismo año, la aduana incautó contenedores de la misma firma que estaban repletos de mercaderías tales como carteras, billeteras y prendas de vestir de reconocidas marcas que ingresaron de contrabando al país.
Pese a ello, el prófugo Gregorio Daniel González Vera seguía utilizando dicha empresa para importar y exportar mercaderías de todo tipo sin pagar impuestos, denuncian los investigadores.
El 4 de agosto último, agentes de Contra Delitos Económicos y del aeropuerto Silvio Pettirossi frustraron el contrabando de oro al retener un cargamento de 480 kilos del metal, que fue despachado como bronce por la firma Cristal Esteño SA.
Aparecen como financistas de esa operación, el mexicano José Salazar Tinajero y el dominicano Manuel Portes Medina. Los agentes intervinientes solicitaron informes sobre ambos sujetos a los organismos internacionales de seguridad, ya que existen fundadas sospechas de que los mismos podrían estar también vinculados con el narcotráfico.
Precisamente, Salazar Tinajero habría manifestado a los policías que fue víctima de secuestro en dos oportunidades en su país, hecho que aumentó las sospechas contra él.
De hecho, el alquiler del jet que iban a usar para llevar el oro –mezclado con bronce, zinc y otros metales– a Hong Kong, cuyo costo operacional supera los US$ 10.000 por hora de vuelo, no encuadraba del todo para los uniformados, que mantienen las sospechas de que la nave también iba a transportar cocaína al lejano oriente.