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El crimen fue descubierto el lunes de siesta, luego de que el propio brasileño ahora imputado, Anildo Dussmann, de 62 años, se presentara en la subcomisaría 25ª dependiente de la Dirección de Policía de Alto Paraná.
En principio, el hombre intentó alegar que su concubina, la también brasileña Lindair da Silva, de 45 años, había sufrido supuestamente un paro cardíaco.
Anildo Dussmann dijo que halló el cuerpo de su mujer al llegar a la casa que habitaban, en el barrio San Roque de la colonia San Martín del distrito de Minga Porã, cuyo casco urbano a su vez se sitúa a unos 100 kilómetros de Ciudad del Este, en el camino que conduce hacia Salto del Guairá.
Sin embargo, cuando los policías llegaron a la vivienda encontraron a la mujer semidesnuda y en medio de un charco de sangre. Además, constataron que la víctima sufrió al menos 25 puñaladas, la mayoría de ellas en la espalda y el cuello.
Asimismo, los efectivos notaron que la escena fue alterada, ya que aparentemente el autor intentó deshacerse de algunas evidencias.
El informe de la subcomisaría del barrio San Roque de Minga Porã consignó en un primer momento la incautación de dos armas blancas usadas para matar a la mujer y la detención, en carácter de sospechosos, del concubino de la víctima y de un adolescente de 14 años, este último vecino del lugar.
Sin embargo, ayer los uniformados informaron que el menor de edad, en realidad, habría sido un testigo clave del crimen, que se produjo aparentemente cuando Anildo Dussmann sorprendió al adolescente manteniendo relaciones sexuales con su mujer Lindair da Silva.
El fiscal Santander confirmó que pidió prisión preventiva para el procesado. La pareja ya tenía antecedentes de violencia.
Este es el caso número 33 de feminicidio en lo que va del 2007, según un recuento de ABC Color.