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El tribunal de sentencia integrado por la jueza Olga Ruiz, presidenta; Elsa García y Víctor Medina, miembros, debe resolver si condena o absuelve a los procesados Bartolomé Franco, quien manejaba la motocicleta que se usó en el atraco, y Alejandro González, quien fue el que vendió el celular que le robaron a la víctima, según la acusación.
La fiscala Stela Maris Cano fue quien había imputado a los citados por homicidio doloso y robo agravado. Ayer esa agente presentó sus alegatos finales y pidió la máxima pena para los dos acusados.
También la querella pidió pena máxima para los citados sospechosos, mientras que la defensa sigue insistiendo en la inocencia.
Hoy se deben escuchar los últimos argumentos y se estima que para el mediodía se tendría ya la sentencia.
El crimen
El caso se inició cuando el 17 de junio de 2014 Liz Teresita llegaba desde su trabajo en Senasa a su casa, ubicada en el barrio Vista Alegre de Asunción, pero a falta de unos metros para ingresar a su domicilio, donde la esperaba su hijo de 6 años, una motocicleta con dos ocupantes la interceptó.
Bartolomé Franco era el conductor del biciclo y su acompañante, en ese entonces menor de edad, Rodrigo Maciel, quien descendió y trató de arrebatarle su cartera a la mujer, quien intentó llegar a su casa, refiere el expediente. Dice que sucedió un breve forcejeo que acabó cuando Maciel le hundió la hoja de un puñal en el pecho a Liz Teresita, quien cayó herida de muerte, mientras que sus atacantes lograron huir. Se dio aviso a la comisaria local y al Sistema 911, pero la ayuda llegó tarde.
La herida produjo una hemorragia aguda que acabó con la vida de la joven.
Tras la investigación policial, primero se arrestó a Alejandro González, quien fue el que comercializó el celular de la víctima, luego se logró llegar a los principales autores del hecho.
Los dos ocupantes de la motocicleta fueron identificados y detenidos. Como Maciel era menor, su caso se llevó por separado de los otros dos procesados.
Ahora, luego de ser superados varios obstáculos planteados por la defensa de los acusados, se llega a la etapa final, en la que solo se espera el fallo del tribunal.