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A casi tres años de haber sucedido el homicidio de Verónica Gariazu, comienza el juicio oral y público hoy en el Juzgado de Paz de esta ciudad. La sospechosa de perpetrar el crimen, Ninfa Morales, era amiga y excompañera de trabajo de Verónica.
El abogado defensor de la procesada, Raúl Salinas, dijo: “Sería descabellado y no sé bajo qué fundamento el tribunal podría encontrar culpable a Ninfa. Ni siquiera se pudo comprobar si los proyectiles extraídos correspondían al arma encontrada debido a que el plomo se partió”.
El jurista dijo que cuando visitó a su defendida en el penal donde está recluida, le solicitó a él que grabe un mensaje suyo para que presente durante el juicio, en el que supuestamente demostrará su inocencia.
Además, Salinas manifestó que los agentes de Criminalística y de Investigaciones no obraron en forma. “La oficina de donde salió esa tarde Verónica nunca fue allanada. No digo que ahí exista algo, pero pudo haber dejado algún rastro. Tampoco funcionaba lastimosamente el circuito cerrado de esa casa en aquel momento. Se pudo haber hecho más dentro de la investigación”, señaló.
El abogado aseguró que el único sustento que tiene la fiscalía es la versión del guardia, que menciona que la sospechosa le había entregado una “bolsa negra de plástico” que contenía las pertenencias personales de Verónica, e incluso el arma con el que supuestamente fue ultimada.
El abogado y actual concejal municipal Rodrigo Blanco (PLRA), hijo del ministro de la Corte Sindulfo Blanco y en cuyo bufete trabajaba Verónica por la tarde después de cumplir su labor en el Poder Judicial, salió al paso de insinuaciones de la procesada de que sabría algo más respecto al homicidio.
La madre de Verónica, Maria Teresa Escobar, por su parte dijo que la citada imputada “es clave” en el hecho investigado.