Homicida se “paseó” con el cuerpo de Luz en la valijera

El 19 de noviembre del 2002 fue el último día en que Luz María Ruiz Díaz fue vista con vida. A las 07:00, la joven se despidió de los padres para realizar su caminata matinal de dos horas, en la ciclovía de San Lorenzo.

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Alarmados por su desaparición, la tía de la joven decidió cerrar el negocio en Paraguarí, e ir a la capital, para acompañar a sus familiares. Antes de salir, contactó con Colmán, cuya familia también residía en Paraguarí, para comentar la situación.

“Él dijo que no sabía nada, entonces mi hermana le preguntó ‘¿no querés venir para irnos con nosotros, porque Mati está demasiado mal’. ‘Y sí’, dijo, entonces vino él con su coche y el cuerpo de mi hija; vino él, mi hijo y mi hermana. Mi hermana me dijo que se puso demasiado nervioso y casi chocaron a un micro, entonces ella tomó el coche y vino conduciendo”, cuenta Matilde Subeldía.

“Y cuando llegó acá, Dios mío, él si que el que lloraba, lágrimas de cocodrilo, preguntaba ‘¿qué es lo que está pasando?’, entonces le pedí que me lleve a la casa de una compañera donde solía estudiar, en el barrio Nazareth y me llevó él en su coche y se fue con el compañero de Luma que estaba acá, se fue él y el cuerpo de mi hija seguía con nosotros, nos fuimos allá, yo me bajé a hablar con la chica, no sabía nada”, dijo la madre.

“Y a la vuelta, casi llegando a Choferes, me dijo que lastimosamente hasta acá me podía traer, porque se quedó sin combustible, yo estaba descalza, ni dinero traje, le pedí ayuda a una pareja que iba en un Mercedes y en ese ínterin, él me dijo acá tengo un poco, y abrió ahí donde estaba el cuerpo de mi hija y sacó un bidón, pero yo no vi”, dijo.

Matilde recuerda que Colmán dijo que tenía que ir a Paraguarí porque su madre se sentía mal . Ni bien la dejó en su casa, en San Lorenzo, su marido le avisó que la fiscala lo estaba buscando.

“Él se fue a enterrar el cuerpo de mi hija y volvió. Vino una lluvia torrencial esa noche, después mi mamá ya quería venir también esa noche y él se presentó ahí, en la casa de mi hermana, todo sucio y mi mamá le preguntó por qué estaba tan sucio y dijo que estaba jugando partido, había sido que le estaba enterrando . Entonces se bañó y le trajo a mi mamá y a mi sobrino, amaneció otra vez acá con nosotros” .

El crimen salió a luz cuando el taxista Luis Carlos Espínola declaró que Colmán le contrató para un “trabajo” y al llegar al lugar, le amenazó con un arma para obligarlo a deshacerse del cuerpo. Mediante los datos que aportó a la Fiscalía, se halló el cuerpo enterrado en una estancia de Paraguarí.

Espínola fue condenado a 1 año por frustración de la persecución y ejecución penal y Colmán, a 20 años de cárcel, por homicidio. Los peritos detectaron sangre y pelo de la víctima en la valijera del auto del militar.

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