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El ataque, ocurrido el jueves de noche, se habría producido porque les molestó a los ocupantes ilegales la destrucción de casi siete hectáreas de cultivos de marihuana y la detención de una mujer, supuesta cabecilla.
Cincuenta efectivos policiales permanecen en el sitio desalojado para garantizar que los sintierras no vuelvan a ingresar a la propiedad aché, y fueron dos de sus caballos los que fueron atacados.
El fiscal de Curuguaty Vicente Rodríguez Barreto relató que según los testimonios, desde un sector boscoso se escucharon disparos y luego los policías se percataron de que dos de los equinos se quejaban. Cuando fueron a verlos se comprobó que uno de ellos recibió un disparo en el lomo y el otro en su parte posterior, lo cual le provocó mucho sangrado. Sin embargo, los animales estaban estables, por lo menos hasta ayer a la tarde. El fiscal dijo que no pudo ir a la zona por una medida de seguridad.
El informe preliminar de la policía demostró que los animales fueron heridos con proyectiles calibre 22, que corresponderían a rifles automáticos. Se presume que los disparos fueron efectuados por alguno de los campesinos, en represalia por haber sido desalojados de las tierras que reclamaban como fiscales y defendían la ocupación con documentos falsificados supuestamente expedidos por el Indert, pese a que es sabido que el lugar es de los aché.
Cabe mencionar, que luego de ser desalojados las esposas e hijos de los ocupantes, ya que los varones no se dejaron encontrar, los intervinientes encontraron tres hectáreas de cultivos de marihuana en etapa de cosecha, tal y como lo revelaron datos de inteligencia. Ayer se detectaron otras casi tres hectáreas de la “hierba maldita” que fueron destruidas por la Policía y los indígenas.