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“Mi mamá y papá eran muy pobres”, comenzó relatando Angelina, de 17 años, hermana mayor de Carolina (14), quien en la ciudad de Vaquería (Caaguazú) murió por un “politraumatismo causado con arma contundente”, según el médico forense que atendió el caso, el doctor Freddy Muñoz.
En conversación con Radio ABC Cardinal en la mañana de ayer, la joven Angelina explicó que su familia vivía en Caaguazú y que debido a que sus padres eran alcohólicos, una de sus tías presentó una denuncia por lo que los tres hermanos fueron entregados a un hogar de acogida.
En el albergue estaban juntos Angelina y sus hermanos Ariel y Carolina. Después de cierto tiempo, contó la entrevistada, apareció una mujer que decía ser jueza y tener intenciones de adoptar a la más pequeña, Carolina. “Yo estaba feliz, porque siempre creía que (Carolina) iba a vivir bien porque estaba con una jueza. Siempre dije que algún día le iba a buscar a mi hermana”, expresó.
Manifestó que cuando eran más chicos sufrieron mucho, ya que vivían en la calle y pasaron hambre y frío. “Nos queríamos mucho”, contó Angelina a ABC Cardinal, 730 AM.
Recordó que Carolina era su única hermana, que “era mi chiquitita, mi princesita, como siempre le decía. Siempre esperé que el destino me pusiera en manos de mi hermana para poder abrazarle otra vez”, refirió.
La última vez que Angelina vio a su hermana menor fue en la época en que vivían aún en el hogar y el único recuerdo que tiene de ella es una foto tomada en lo que parece una iglesia.
Angelina fue adoptada por la familia Ortiz. A pesar de ello, nunca llamó a quienes la adoptaron “mamá” o “papá”, ya que conocía a sus padres y por respeto decidió tratarles de “tío” y “tía”.
“Ellos (la familia Ortiz) son los que me criaron y estuvieron conmigo en los peores momentos. Mi mamá murió, pero mi papá está todavía vivo, con él hace poco que hablé. Fue muy buena la familia que me adoptó, pero siempre tenía la tristeza de no estar con mis hermanos”, resaltó.
Angelina indicó que ahora sueña con recibirse de psicóloga, aunque su prioridad inmediata es clamar justicia para su pequeña hermana, fallecida como consecuencia de los golpes que le habría propinado su tutor, Tomás Eligio Ferreira Rojas (49), suboficial retirado de las FF.AA, esposo de la tutora legal, Ramona Melgarejo Figueredo (58), quien es la jueza de paz de Vaquería.
“No puedo pensar que una persona, que una jueza le maltrate a una persona. No merece estar en su puesto”, dijo la joven. “Yo no sabía dónde vivía ella (Carolina). Después de que ella muriera, mi prima llamó de Caaguazú y me contó que encontraron en el diario que ella falleció”, exclamó. “Esa persona va a pagar. Algún día tiene que pagar, la justicia tiene que llegar y ese señor no se tiene que salvar. Ni el señor ni la señora”, sentenció.