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El trágico episodio ocurrió ayer de tarde, en la zona de Puerto Botánico de la capital.
El fallecido es Mauricio Alejandro Benítez Torres (22), quien iba en compañía de su amigo Giovani Vera Cano (21). Ambos iban en un automóvil Hyundai blanco, con matrícula BTB 062, perteneciente a la madre de Mauricio. Fue justamente ella quien llamó a la empresa de seguridad “Protek” para denunciar el supuesto robo del vehículo, que tendría que estar estacionado en la casa de la familia, en Luque.
La empresa privada rápidamente localizó el rodado a través del sistema de rastreo satelital y dos patrulleros en motocicleta acudieron a la persecución.
Los guardias de “Protek” Óscar Tomás Blanco Ozuna (29) y Julián Herenio Benítez Ojeda (45), aparentemente trataron de persuadir al conductor para que detuviera la marcha, pero luego dispararon contra el coche. Ambos custodios portaban revólveres calibre 38 y fue Blanco quien admitió haber efectuado el tiro mortal desde su motocicleta.
El proyectil traspasó la ventanilla trasera del coche e impactó en la espalda de Benítez Torres, con orificio de salida en el lado derecho del pecho. Para sorpresa de todos, el conductor ultimado resultó ser el propio hijo de la dueña del vehículo.
Escenas desgarradoras se vivieron cuando los padres del joven fueron a descubrir el cuerpo del supuesto ladrón, quien resultó ser su propio hijo.
La Policía informó que el joven no le avisó a su madre que iba a usar el vehículo y que por eso alertó sobre el supuesto robo. Los dos guardias quedaron detenidos en la Comisaría 12ª Metropolitana y seguramente serán imputados hoy mismo.
Chocaron y huyeron
El automóvil baleado chocó momentos antes a un motociclista en la avenida Santísima Trinidad.
La fiscala María Teresa Ruiz Díaz anunció anoche que dispuso el traslado del cuerpo del asesinado a la Morgue Judicial, a fin de aplicarle una autopsia.
También ordenó que los guardias arrestados sean sometidos a la prueba de nitritos y nitratos para identificar al autor del mortal disparo.
Era adicto y prófugo
El abogado de la familia de Mauricio Alejandro Benítez Torres, Federico Campos, confirmó ayer que el joven ultimado era adicto a las drogas y mañana debía ser internado en un centro de rehabilitación. La Policía dijo que tenía un antecedente por reducción y era buscado por el robo de un taxi a través de un asalto, ocurrido el pasado 4 de junio en Itá.