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PIRIBEBUY, Dpto. de Cordillera (Desiré Cabrera, corresponsal). El guardia de seguridad asesinado es Pablo Emérito Meza (48), quien acusó al menos cinco tiros de pistola y revólver en el pecho.
El ilícito sucedió alrededor de las 00:40 de ayer, dentro del predio de la estación de servicios del emblema Puma, situado en la ruta Rogelio R. Benítez del barrio San Blas.
Tres hombres encapuchados se acercaron a pie hasta el custodio y directamente le golpearon en la frente con la culata de una escopeta. Cuando el custodio cayó al piso también le dispararon a quemarropa y le mataron.
Después de que el custodio fuera eliminado, al menos otros cinco malvivientes más llegaron al lugar en una camioneta presuntamente Rexton negra. Los criminales comenzaron a rociar a tiros la estructura del surtidor, con escopetas, pistolas y revólveres, mientras enganchaban el cajero automático a la camioneta, por medio de un cabo.
Finalmente, el grupo tipo comando pudo arrancar el aparato, lo cargaron al vehículo y huyeron raudamente.
“Parecía una guerra”
Roque Alberto González (38), uno de los playeros de la estación de servicios, relató que estaba descansando en una habitación, con su compañero Juan Ángel Garcete Cabañas (26), ya que el negocio solo permanece abierto hasta las 22:00, justamente por cuestiones de seguridad.
Sin embargo, los empleados despertaron al escuchar los incesantes disparos que hacían los malvivientes, pero a raíz del miedo optaron por no salir. En cambio, llamaron directamente al gerente de la gasolinera, quien a su vez avisó a agentes de la comisaría 14ª local.
“Parecía una guerra, por la cantidad de disparos que hicieron”, relató.
Pero para cuando los efectivos llegaron al sitio, la banda ya había huido con el cajero automático y dejaron muerto en el piso al guardia.
Rápidamente, la Policía desplegó un rastrillaje en la zona, en busca de los criminales, hasta que encontraron el cajero automático totalmente desarmado sobre la calle Mariscal López del barrio Santa Ana, a cuatro kilómetros del servicentro.
G. 2 millones
Según las primeras hipótesis, el cajero sustraído contenía menos de G. 2 millones, ya que recién en horas de la mañana debía haber sido cargado, para que cobraran los jubilados de una empresa local.
El sistema de circuito cerrado del negocio captó todo el desarrollo del mortal atraco, pero recién este martes podrá ser visto, según el fiscal Hugo Marcelo Pérez.