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“Marreta”, como lo conocían los componentes del “ejército” del carioca Comando Vermelho, es uno de los máximos jefes militares de la organización criminal.
De hecho, tenía el rango de “general” dentro de la estructura operativa de la red, con todas las atribuciones y confianza que le fueron otorgadas por el indiscutible máximo líder de la organización,
Luiz Fernando Da Costa, alias Fernandinho Beira Mar, actualmente recluido en una prisión de alta seguridad del Brasil.
La información fue confirmada por agentes de la Policía Federal del vecino país, quienes lo tomaron en carácter de detenido después de que, por infracciones a las leyes migratorias, autoridades de Paraguay lo deportaran tras su arresto en una residencia del barrio Ykua Satî de la ciudad de Asunción.
El criminal era uno de los fugitivos más buscados de su país luego de que el 3 de febrero de 2013 dirigiera una fuga de 27 presos del instituto penal “Vicente Piragibe” de Río de Janeiro. Un túnel conectado a la tubería de alcantarillado de la prisión permitió el “éxito” del plan de escape.
La última detención de “Marreta” se materializó en agosto de 2011, luego de que fuera localizado en un apartamento en la localidad de Manguera 2, con seis kilos de cocaína distribuidos en más de 5.000 cápsulas que debían ser comercializadas en una favela controlada por el Comando Vermelho (o Comando Rojo) .
“Es uno de los más buscados del Brasil. Es uno de los generales de esta organización, un verdadero peso pesado”, ratificó ayer a la prensa el ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Luis Rojas.
Por videollamadas
Considerado uno de los más sangrientos a las órdenes de Beira Mar, “Marreta” dirigió personalmente las más de 120 ejecuciones que se le atribuyen a la red en los últimos años, en su mayoría agentes de la Policía de Río de Janeiro.
“Marreta” controlaba por videollamada de celular cada ejecución dispuesta por la cúpula de Comando Vermelho. Los sicarios debían transmitir en vivo y en directo las muertes. “Esos videos después debían ser entregados a Beira Mar. Era parte del ‘protocolo criminal’”, dijeron los federales.