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Se trata de Francisco Solano Ayala López (53), domiciliado en la ciudad de San Antonio. El sospechoso era buscado por hechos de estafa y producción de documentos no auténticos.
Su problema con la justicia no era impedimento para que ejerciera la abogacía sin contar con la matrícula requerida para el efecto y mucho menos haber pasado por una universidad, explicaron los uniformados.
En el momento de la aprehensión, el falso letrado tenía en su poder dos expedientes que estaba tramitando, precisamente en el Juzgado de Lambaré.
Aparentemente, el impostor operaba gracias a la complicidad de algunos funcionarios, quienes le facilitaban todos los procedimientos, supuestamente a cambio de algunas compensaciones.