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Monín Carrizo, portavoz de CDD, una red latinoamericana de mujeres católicas, dijo que los embarazos que se producen en la franja de edad de 10 a 14 años no pueden ser considerados como fruto de una relación sexual consentida, sino como producto de una violación o abuso. Criticó la “lenta respuesta” de las autoridades paraguayas porque “no se les proporcionó una interrupción del embarazo a tiempo”.
El primer caso se conoció hace dos semanas, cuando a una niña de 10 años se le diagnosticó un embarazo de 22 semanas, a consecuencia de abusos sexuales cometidos por su padrastro, que está prófugo. El segundo se hizo público, cuando la Fiscalía imputó por dejación del deber del cuidado a la madre de otra menor de 13 años embarazada de cinco meses.
Carrizo mostró su indignación porque los organismos sanitarios y judiciales paraguayos consideren “normal” que una niña de 10 años dé a luz, y aseguró que “el Estado, presionado por sectores conservadores y fundamentalistas religiosos, no concede importancia a la vida de la niña”. Criticó además la ausencia de políticas públicas de educación sexual para la prevención de embarazos no deseados. De acuerdo con las cifras de 2014, que todavía son provisionales, 684 menores de entre 10 y 14 años dieron a luz ese año, mientras que unos 20.000 de los alumbramientos fueron de madres de 15 a 19 años.