Cargando...
El fiscal Cantero ya tiene identificados a Pedro Orlando Álvarez, Óscar Darío Cabrera Méndez y María Soledad Flores Sosa como los funcionarios judiciales que el 24 de agosto pasado recibieron una presunta coima de un procesado por narcotráfico.
Los tres funcionarios protagonizaron la escena de la coima, según un video de una de las cámaras de seguridad del subsuelo número 2 del Palacio de Justicia.
De acuerdo a las imágenes, en el retén de control del subsuelo del complejo judicial el reo Ángel Tranquilino Giménez depositó una suma de dinero sobre la mesa ubicada en la sala de espera.
Según el video, el presunto narcotraficante Ángel Tranquilino Giménez, en presencia de otros reos, guardias diversos y agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), mete su mano en el bolsillo de la campera, saca un fajo de dinero y del mismo extrae varios billetes. Después de sacar la plata coloca el dinero sobre el escritorio de los funcionarios judiciales ahora sumariados.
En el video se observa a un funcionario, identificado como Pedro Orlando Álvarez, guardar el dinero bajo un cuaderno, de donde más tarde uno de los funcionarios toma el dinero y guarda en su bolsillo.
Ahora al fiscal Cantero le falta identificar a los guardias y agentes de la Senad que se encontraban en la sala donde son retenidos los presos que son llevados al Palacio de Justicia para declarar.
El presunto narco que dejó el dinero, Tranquilino Giménez, es procesado junto al peligroso narcotraficante Tomás Rojas Cañete, alias Toma’i, por el caso de 101 kilos de cocaína incautados en Ciudad del Este.
Después de tomar estado público el video, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Antonio Fretes, dispuso la instrucción de un sumario que se convirtió en un proceso ahora a cargo del fiscal Cantero.
Al principio el caso fue derivado a la fiscala Gilvi Quiñónez, pero la misma se apartó de la causa señalando que carecía de competencia.
Versión del abogado
Por su parte, el abogado Jorge Prieto, defensor del procesado Ángel Tranquilino Giménez, admitió que su cliente dejó dinero sobre el escritorio de la oficina del subsuelo.
Dijo, sin embargo, que los billetes formaban parte de un servicio por la compra de agua y alimentos de su defendido, en razón de que el mismo sufre de diabetes, conforme consta en el expediente.