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De acuerdo con su “modus operandi”, los delincuentes se presentan en la vivienda de una potencial víctima, tocan el timbre o el portero electrónico y preguntan por el morador. Le llaman por su nombre, conocen su número de cédula de identidad e incluso mencionan el local de votación al que debe acudir en época electoral.
Cuando obtienen la respuesta afirmativa de que se trata de la persona a la que buscan, los desconocidos le avisan que vienen a entregarle una citación judicial. Si el afectado reacciona con sorpresa y les responde que no tiene problemas con la justicia, le advierten que si no colabora será detenido.
Cuando la víctima accede a abrirles la puerta, los falsos agentes les enseñan sus credenciales, pero una vez dentro reaccionan y uno le encañona con arma de fuego. Después maniatan y encierran en una habitación de la casa al desprevenido y se disponen a apropiarse de todos los objetos de valor.
La Policía Nacional señala que está al tanto de las actividades de esta banda y advierte que el acceso a internet y las redes sociales facilitan a los maleantes la obtención de los datos personales para que puedan planificar sus golpes.