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En uno de los baños del supermercado una limpiadora que hacía su trabajo como todos los días, encontró una bolsa que parecía tener unos cables y dio aviso a sus superiores y estos a sus vez a la Policía.
Agentes de la Fuerza Operativa de la Policía Especializada (FOPE) llegaron al sitio con sus perros detectores de explosivos y tras verificar el objeto se percataron que no contenía material explosivo, así como tampoco otro componente peligroso y que todo parecía tratarse de una broma de mal gusto hecho a propósito por alguna persona.
También llegaron al sitio agentes de Criminalística que colectaron huellas y otras evidencias del sitio, para tratar de identificar a o a las personas que dejaron ese objeto en el sanitario.
Sin embargo pese a que el caso no pasó a mayores, el supermercado tuvo que ser desalojado, para una inspección total del edificio y descartar cualquier situación peligrosa.
Según se supo desde hace un tiempo hay roces entre las autoridades administrativas del local y los funcionarios y no es la primera vez que se da una alarma de bomba.
Se cree que esto es una puja entre empleados descontentos y directivos.
Tras finalizar el operativo de revisión el supermercado Stock volvió a abrir sus puertas y las actividades se desarrollaron en forma normal.