Cargando...
Naumann imputó a los tres implicados en la muerte de la niña Anika por homicidio doloso, abuso sexual en niños, violación del deber del cuidado y maltrato.
Afirmó que los dos primeros hechos punibles son considerados crímenes, por lo que la expectativa de pena es alta (puede llegar a 30 años de cárcel).
Por este motivo, la agente solicitó la prisión preventiva de los implicados, que fue dispuesta por la jueza de turno Elsa Idoyaga, quien ordenó que el padrastro de la menor, el chileno Fernando Damián Salas Segovia (con antecedentes por robo) y el tío de la niña, José Cano, sean derivados al penal de Emboscada, mientras que la madre, Saulinie Cano, está presa en el Buen Pastor.
La agente explicó que en esta etapa colectará más declaraciones testimoniales, mientras aguarda el resultado de las muestras tomadas a la niña en sus partes íntimas (fluidos). De esta forma, busca determinar quién abusó de la víctima, antes de que pierda la vida a consecuencia de una hemorragia interna por los golpes recibidos en el estómago.
Naumann explicó que la pareja de la madre de la criatura, el chileno Fernando Salas, convivía con la misma hace cuatro meses, mientras que el tío José Cano ya estaba anteriormente con la familia. En cuanto a la niñera de la menor –cuyo nombre no trascendió– hasta el momento está como testigo, debido a que en la última semana no contaron con sus servicios. La misma había revelado a la investigadora que Salas le daba “nalgadas” a la niña y que intentó protegerla en más de una ocasión.