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Alrededor de 250 personas se reunieron cerca de las 19:00 de ayer en una casa situada en O’Leary y 15 Proyectada, donde vivía Luis Florentín (Kiko), asesinado por dos motociclistas la semana pasada durante el partido final de la Copa Libertadores de América entre Atlético Mineiro y Olimpia.
Tras un rezo, el grupo marchó hasta la calle Colón y Octava Proyectada, sitio donde había fallecido el joven José Emilio Martínez Varela Ortellado, también víctima de ataque de dos motociclistas. Allí los familiares se mostraron muy consternados y exigieron justicia a los fiscales y jueces que llevan los diferentes casos de violencia.
Posteriormente el grupo se trasladó hasta frente al Poder Judicial, donde se escucharon los mismos reclamos. Exigieron más seriedad en la investigación de los casos de violencia.