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“Una vez fuimos a allanar en Edelira una chacra de la familia Delvalle, de los hermanos Antonio, Óscar y Ariel, donde sabíamos que podría estar mi hijo, y yo me puse tan nervioso que le agarré y le encaré a un peón que trabajaba en el destronque. A gritos le pedí que me contara dónde estaba su patrón, pero resultó que justo ese peón era mudo”, contó el padre del joven desaparecido.
“Un tiempo después, la testigo Mariela Rojas, quien era pareja de uno de los hermanos Delvalle, contó que estuve a 100 metros de donde le tenían a mi hijo. Sí, resulta que Christians estaba encerrado en una pieza, en esa misma propiedad, y que después de ese allanamiento le mudaron a otro sitio, donde ya nunca más supimos”, recordó Juan Pedro Schaerer.
“Obviamente, nunca perdemos la esperanza de que mi hijo aparezca con vida, más ahora que le agarraron en Portugal a los dos principales secuestradores, pero también muchas veces nuestras ilusiones chocan contra el razonamiento lógico, que nos lleva a pensar por qué nunca volvió si es que está con vida”, declaró.
Tres hipótesis
Juan Pedro Schaerer reveló las tres principales hipótesis que le contaron sobre lo que pasó con su hijo.
“Una es que contrataron a un sicario de apellido Arriola para que le matara, pero que este no se animó. La otra versión es que otro sicario le mató y le tiraron al arroyo Pirayu’i, que es un afluente del río Paraná, y la última es que le llevaron a Ciudad del Este, para tratar de cobrar un segundo rescate”, expresó.
Lo cierto es que hoy, a más de 13 años del secuestro, Christians Schaerer sigue desaparecido.