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Los más afectados fueron los niños, quienes repentinamente fueron afectados en los ojos y en las vías respiratorias.
Guido Amarilla, profesor del CEI, dijo que sorpresivamente la institución educativa fue invadida por un olor desagradable, afectando inmediatamente los ojos y la respiración de los alumnos. “Muchos niños estaban haciendo actividades de educación física y de repente llegaron los gases. Todos comenzaron a desesperarse cuando les ardían los ojos”, comentó.
En los pasillos se pudieron notar a niños y adolescentes que salieron de sus clases a fin de huir del producto químico que en pocos segundos se apoderó del centro educativo. Varios alumnos pedían auxilio a sus maestros, debido a la picazón en sus ojos, así también se pudo notar a algunos menores tosiendo y con dificultades para respirar.
Los directivos del CEI llamaron a agentes de la jefatura policial y estos acudieron al sitio. Recorrieron por varios sectores del edificio, pero no encontraron ningún elemento que expedía los gases.
Según uno de los docentes, pudo notar que el elemento químico también afectó a los reclusos de la penitenciaría regional de varones y el correccional de mujeres.
El jefe del Grupo Especial de Operaciones (GEO), Pedro Lezcano, dijo que los gases lacrimógenos se escaparon tras accionarse una de las granadas antidisturbios cuando varios alumnos, que son policías, participaban de un curso de manejo de escudo, máscaras antigases y granadas lacrimógenas.
Lezcano manifestó que es la primera vez que ocurre este tipo de accidente, teniendo en cuenta que las instrucciones se llevan a cabo siempre en la sede de la jefatura policial.