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Solamente el tribunal de sentencia integrado con los jueces Sonia Villalba, Rosarito Montanía y Juan Carlos Zárate fue recusado en ocho ocasiones por los procesados, y la última vez lo hizo el defensor público Ronald González, quien defiende al exfiscal Gamba.
Por lo menos, cuatro tribunales de sentencia fueron cambiados debido a las constantes chicanas que promueven los acusados.
Hace más de cuatro años que el juicio oral es paralizado, justamente debido a los recursos dilatorios.
La semana pasada, el defensor público González recusó al tribunal de sentencia porque le dio un poco más de 24 horas para que se interiorice de cinco tomos del expediente judicial.
González primeramente solicitó 6 días de tiempo para analizar el expediente, pero el tribunal le hizo notar que el Código Procesal Penal solo le puede otorgar hasta 3 días.
Tras el rechazo de la recusación, la Cámara de Apelaciones advirtió a González que le sancionaría de acuerdo a lo que dispone el código de procedimiento penal, ya que a criterio de los camaristas, el defensor recurrió a un acto extremo que obstaculiza el normal desarrollo del juicio oral, teniendo otras herramientas procesales. Además, la causa tiene ya una excesiva dilación.
El sábado en horas de la tarde, un grupo de defensores públicos liderado por la defensora adjunta Selva Morel llevó su apoyo a González, durante el desarrollo del juicio oral.
Los defensores públicos entienden que se “coarta el derecho a la defensa”, porque el tribunal de sentencia otorgó solamente 24 horas para que González examine el expediente.
Gamba y Portillo fueron sancionados por este tribunal de sentencia con la “amonestación” y anotación de la medida en el legajo de abogado de ambos. Los acusados recurrieron a recusaciones y otras chicanas para frenar el proceso penal de cohecho pasivo agravado.
La causa de coima se inició el 3 de junio de 2009, cuando Gamba y el abogado Portillo, supuestamente solicitaron US$ 150.000 al exdirector de Itaipú Víctor Bernal (entonces senador) para “blanquearlo” de un proceso penal. Cobraron US$ 90.000 y la entrega fue filmada.