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El primero había sido Ángel Francisco Breard, el correntino nacionalizado paraguayo que murió por inyección letal el 14 de abril de 1998 en el estado de Virginia, Estados Unidos.
El compatriota recibió la pena máxima estipulada en el sistema judicial de dicho estado después de que supuestamente se probara que violó y asesinó a una ciudadana estadounidense.
La víctima había sido la joven Ruth Dickie, quien fue encontrada muerta en su apartamento el 17 de febrero de 1992, con cinco puñaladas en el cuello y desnuda de la cintura para abajo.
Sin embargo, a Breard se le atribuyó otro crimen similar en el mismo estado de Virginia, que rechazó todos los pedidos de clemencia del Gobierno paraguayo y las demandas internacionales entabladas.