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El capo de las drogas, quien permanecía recluido en el cuartel de la Agrupación Especializada de la Policía, será entregado de manera oficial esta mañana, por cinco agentes de Interpol de nuestro país, a cuatro miembros de la Policía Federal del Brasil que llegarán hoy, en un avión de dicha fuerza.
Si no llueve, Jarvis será llevado en helicóptero desde su lugar de encierro hasta el Grupo Aerotáctico de la Fuerza Aérea, en Luque, en el predio contiguo al aeropuerto internacional “Silvio Pettirossi”.
La extradición, por un momento, estuvo en duda debido a un sugestivo fallo emitido por el juez de la ciudad sampedrana de Santaní, Crescencio Ocampos Cano, quien otorgó un habeas corpus genérico mediante el cual ordenaba que se suspendiera la entrega del capo al Brasil.
El magistrado, literalmente, desapareció luego de la ineficaz maniobra que generó para tratar de retener a Jarvis en Paraguay. El ministro de Justicia, Éver Martínez, acusó al magistrado de haber cobrado una “jubilación anticipada”, en referencia a un presunto soborno que habría recibido.
Proceso por prevaricato
De hecho, ayer ya tomaron intervención en el hecho la propia Corte Suprema de Justicia y hasta el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados.
Crescencio Ocampos Cano se expone ahora, como mínimo, a una remoción del cargo, o incluso a un procesamiento penal por prevaricato, que es un delito que se configura cuando un juez u otra autoridad similar emite un fallo a sabiendas de que es arbitrario, injusto o contra la ley misma.
De hecho, la Fiscalía General del Estado designó ayer al agente de la unidad anticorrupción Luis Piñánez para impulsar una investigación por prevaricato, que en Paraguay se castiga con hasta cinco años de cárcel.
Su “estadía” en el país
Jarvis Chimenes Pavão fue capturado en la ciudad de Yby Yaú, departamento de Concepción, el 27 de diciembre de 2009, y condenado el 2 de mayo de 2014 a una pena de ocho años de cárcel, por lavado de dinero, asociación criminal y violación de la ley de armas.
Tras permanecer más de siete años en el penal de Tacumbú, el capo fue transferido a la Agrupación Especializada de la Policía, el 26 de julio de 2016.
En el Balneario Camboriú, estado de Santa Catarina, Pavão tiene una sentencia firme por cumplir de 17 años y 9 meses, por narcotráfico.
En Porto Alegre, en tanto, lo requieren para procesarlo también por haber gerenciado desde Tacumbú el envío de grandes cargamentos de cocaína.
Según la legislación brasileña, el capo podría recibir, por esta otra causa en Porto Alegre, hasta 10 años por un tipo penal específico, más otros 15 por otra figura procesal y ocho años adicionales en caso de comprobarse la transnacionalidad de las operaciones ilícitas, lo que sumados podrían alcanzar 33 años. Es decir, una vez que Jarvis pise suelo brasileño, va a tener que empezar a cumplir su condena de 17 años y 9 meses, y después le agregarían otros 33 años, con lo que le esperarían 50 años más encerrado.