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Fuentes judiciales indicaron que la fiscalía no contaría con elementos contundentes para sostener la imputación por el homicidio, ya que, según las investigaciones, Almada no había efectuado ni un disparo en contra de los efectivos policiales de Investigación de Delitos de Curuguaty. El incidente ocurrió el pasado 31 de enero en la colonia Nueva Alianza de Villa Ygatimí
Almada dijo que estaba con Julio Florentín, presunto narcotraficante (fallecido en el enfrentamiento), quien debía pagarle unos G. 10 millones por una derechera que le vendió en la misma zona.
En el día del crimen Florentín pidió a Almada que lo acompañe para encontrarse con un tal Lucio (sería un informante o un policía) en Jejuimí, quien le tenía que entregar dinero
Lucio iba en una camioneta Nissan Terrano, color blanco, mientras que Almada junto con Florentín y otros dos iban en una Toyota Hilux.
En un momento, en un sector de la colonia Nueva Alianza, considerada “zona roja”, la camioneta en que viajaba Lucio quedó atascada en el barro. De acuerdo con el relato de Almada, él junto a Florentín bajaron para ayudarlos,
“Ahí se bajan 2 personas que gritan ‘alto, alto, policía’, y ya uno de ellos disparó”, expresó Almada, imputado por homicidio doloso en grado de complicidad. “Hubo una balacera y yo me escondí atrás de la camioneta”, agregó Almada cuando fue detenido.
Con Lucio estaban los agentes policiales que fallecieron, Ariel Páez y Daniel Villalba, así como el uniformado herido, Adriano Gamarra.
Según Almada, Florentín desconocía a Lucio y huyó, pero posteriormente fue detenido.
Afirmó desconocer que Florentín fuera narcotraficante. La versión tanto de la Policía como de la fiscalía es que los agentes fueron emboscados. Los policías recibieron la información de que se iba a realizar una entrega de marihuana.
Almada es también padre de Ruth. sobreviviente del atentado en el que murió su hermana.