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El documento, que ya tienen el fiscal Aldo Cantero y los policías del Departamento Contra Delitos Económicos y Financieros, dice que Manuel Portes Medina permaneció encerrado por un año en los Estados Unidos, hace una década, y que después fue deportado.
El delito que cometió en Norteamérica fue calificado como fraude, y el nuevo proceso que soporta en nuestro país, ahora, es por contrabando y reducción.
Esta última causa tiene que ver con el intento de contrabando de una carga de 480 kilos de lingotes declarados como “broncelina”, un metal relacionado al bronce, cuando en realidad contenían una aleación de oro puro.
La mercancía fue confiscada en el aeropuerto internacional Silvio Pettirossi de Luque, el 4 de agosto pasado, cuando iba a ser sacada del país en un avión jet alquilado por el empresario mexicano José Salazar Tinajero, también detenido e imputado.
Supuestamente, el dominicano y el mexicano fueron los ideólogos del intento de contrabando de oro. El metal, aparentemente, debía llegar hasta Hong Kong para ser revendido.
Precisamente, Manuel Portes Medina, quien había sido encarcelado en Estados Unidos, admitió que estaba en planes de alquilar todo un piso en el nuevo edificio del World Trade Center de Asunción, supuestamente para el funcionamiento de una empresa petrolera, pero las autoridades sostienen que la constitución de dicha firma iba a ser una fachada para resguardar la estructura de contrabando.
Los demás implicados
En la misma investigación, están presos e imputados un belga, dueño del avión retenido; otros dos mexicanos, guardaespaldas de Salazar, y un despachante paraguayo, que gestionó el envío. Sigue prófugos un exportador, una intermediaria y un productor minero, así como un despachante aduanero, todos de nacionalidad paraguaya.