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El caso de robo de armas, incluso, ya habría sido reportado al Ministerio Público, pero al menos hasta ahora no hay un solo procesado por el grave hecho.
Según los datos, la medida más “drástica” tomada ante esta situación fue solamente el traslado de los policías que comandaban el GEO de Itapúa.
Supuestamente, la desaparición de las armas de guerra fue detectada en un inventario, hace un par de semanas. No se sabe quién las robo, cuándo ni cómo desaparecieron.
Simplemente esas armas ya no están en el cuartel policial y se teme que ya hayan ido a parar al mercado negro.
Los fusiles Galil desaparecidos formaron parte del lote de 450 armas adquiridas por el Gobierno durante la presidencia de Fernando Lugo y la gestión de Rafael Filizzola como ministro del Interior.
El mencionado fusil es de origen colombiano, pero con tecnología israelí.
En cuanto a los otros dos fusiles, tipo Ak-47, se sabe que son armas más viejas, pero que igualmente seguían siendo utilizadas en diversos operativos, aunque también servían para el entrenamiento de los agentes del GEO, unidad que viene a ser las fuerzas especiales de cada departamento del país.
El director de Policía de Itapúa, comisario general inspector Rubén Barrios Bagnoli, declaró anoche que están investigando a fondo el caso y que si descubren que hay agentes involucrados van a dejar caer sobre ellos todo el peso de la ley. Aseguró que no se va a encubrir a nadie.