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La estudiante había salido de su casa ubicada en Coronel Martínez rumbo a la ciudad de Villarrica, el 17 de junio del año 2012, y nunca regresó. Ella había tenido una relación con el procesado, se supo después.
El abogado defensor del acusado, Favio Ramos, solicitó después al Tribunal de Apelaciones una audiencia para debatir las pruebas que no se tuvieron en cuenta durante el juicio y para responder los argumentos presentados ante el tribunal de sentencia contra Guillermo Saúl Duarte en el juicio oral donde había sido condenado por homicidio doloso.
El citado jurista tildó a los miembros del tribunal de sentencia integrado por Paternio Vera (Pdte.), José Dolores Benítez y Nancy Roa, de ser jueces incompetentes para entender el caso.
Por otro lado continúa exigiendo al tribunal de apelaciones integrado por Mercedes Balbuena, Elsa de Keudel y Federico Brizuela, la prueba de ADN al cráneo hallado en Ñumí tres meses después de la desaparición y que según los investigadores era de Teresa Lichi.
Sin embargo, a través de pruebas odontológicas realizadas por el Ministerio Público se había determinado que se trataba de una parte de los restos de la joven.
Una de las representantes de la querella, abogada Liliana Corbalán, refirió que el requerimiento presentado por el abogado Favio Ramos no es más que una chicana para entorpecer el proceso judicial.
La audiencia en el Tribunal de Apelaciones fue fijada para dos días (ayer y hoy), para decidir si corresponde o no la pena de 23 años de privación de libertad aplicada a Duarte Villalba por el tribunal de sentencia.
Después de casi cinco años de la desaparición de Lichi, no existe una condena firme y ejecutoriada.