Cargando...
Grande señaló que Zabala le propuso que sea accionista de una clínica privada y le vendió presuntas acciones por US$ 60.000. Igual situación le presentó a Chiareli, quien entregó US$ 30.000.
Ambas personas nunca vieron los beneficios económicos que se les prometió, dicen, y que cuando pidieron la devolución de sus capitales Zabala se negó a hacerlo por lo que ambos afectados lo querellaron.
Grande también denunció a la fiscala Carla Rossana Rojas, de quien dice que está trabando la etapa investigativa contra el cubano.
Los afectados explicaron que la clínica de Zabala funciona en el barrio Las Carmelitas en medio de un mar de irregularidades que no son investigadas.