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De acuerdo a los investigadores, una banda de asaltantes integrada en su mayoría por adolescentes a bordo de ruidosas motos opera en los barrios periféricos de la ciudad. Aparentemente, existiría una persona que se encarga de reducirles todos los objetos, especialmente teléfonos celulares que roban o los canjean por dosis de drogas.
La mayoría de los maleantes no llega a los 18 años y no poseen antecedentes, por lo que les resulta bastante difícil a los uniformados poder identificarlos, según explicaron.
Sin embargo, operan a toda hora, en especial durante la noche y la madrugada; sus principales víctimas son estudiantes y trabajadores a quienes interceptan en las paradas de colectivos o cuando están de regreso a sus casas.
Esta situación obligó a la policía a reforzar esfuerzos para evitar que la banda siga operando.