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La mujer, según la acusación fiscal, sufrió un shock séptico un año después de haber sido operada por piedras en la vesícula en el Hospital Militar, a raíz de que durante esa intervención se quedó una gasa dentro de su organismo.
Los jueces Víctor Medina, Olga Ruiz y Elsa García deben escuchar hoy pericias y testificales de la defensa.
“No había gasa”
El abogado Milciades Centurión, representante de Francisco Corvalán, rechazó la acusación. Dijo que no se presentó como prueba ninguna gasa.
“Pese a que se refirió al tribunal de sentencia de que era un hallazgo poco común y extraordinario, no guardaron la evidencia” , indicó el defensor.
En otro punto, dijo que el análisis patológico no reveló en su momento la existencia de un material o tejido orgánico.
Según el profesional, la paciente falleció por una complicación de cálculo y tras la segunda intervención quirúrgica en donde su cliente no tuvo nada que ver. “El ecografista Daniel Cantero dijo que la imagen era compatible con cálculo”, finalizó Centurión.
Sin embargo para el abogado querellante, Juan Andrés Delmás, la víctima fue intervenida quirúrgicamente por los acusados el 7 de noviembre de 2010 por piedras en la vesícula.
“Tras esa cirugía y al cabo de un año, su cuerpo se fue deteriorando de manera considerada y visible. Siguió en contacto con Corvalán Ledesma y que este médico no se alertó de los llamativos síntomas de la paciente, como piel amarillenta, náuseas e imposibilidad de ir de cuerpo”, indicó el abogado.
Acotó que tras la segunda intervención realizada el 13 de diciembre de 2011 en el Hospital de Clínicas, la mujer falleció por el shock séptico a raíz de que se encontró una gasa putrefacta en su cuerpo, lo que fue corroborado por el médico Castor Samaniego ante el tribunal.