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CIUDAD DEL ESTE (Redacción regional). La intervención duró al menos cuatro horas y en un principio fueron demoradas diez personas, quienes luego fueron liberadas al confirmarse que eran estibadores y no dueños de los atracaderos ni de las cargas ilegales.
Los agentes no saben aún quiénes son los responsables de los puertos clandestinos, que funcionan a la vista de medio mundo y que jamás fueron intervenidos, especialmente por la Fiscalía.
Al menos 500 cajas de mercaderías que contienen cigarrillos, productos electrónicos, ropas y hasta armas, fueron incautadas de los cuatro atracaderos allanados circunstancialmente ayer por una comitiva integrada por los fiscales de la Unidad Especializada Antidrogas Manuel Rojas y Adelaida Vázquez, además de los fiscales de Marcas y Erarios Marcelo de Zúñiga y Carlos Giménez.
El procedimiento fue realizado a pedido de agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas, quienes manejaban informaciones de que en las embarcaciones debía ser trasladada una importante cantidad de drogas.
Empero, se toparon con un gran número de cajas envueltas en cintas adhesivas para evitar que su contenido sea perjudicado por el agua.
Los intervinientes dispusieron finalmente que todos los paquetes sean llevados a la sede de la Senad, donde serán verificados minuciosamente a modo de que puedan asegurar si en ellas había drogas.
Los agentes de la Unidad de Marcas acompañaron el procedimiento y luego estarían trasladando las mercaderías a la sede del Ministerio Público para disponer finalmente qué hacer con ellas.
De acuerdo con los datos, los fiscales de la Unidad Especializada en Marcas no tenían previsto absolutamente intervenir los muelles, pues existen versiones de que los agentes fiscales semanalmente reciben millonarias sumas de dinero de los contrabandistas.
Con este procedimiento se puede notar además la implicancia de la Marina, cuyos efectivos hacen la vista gorda al tráfico ilegal de artículos por vía fluvial. Cabe recordar que el capitán Hugo Gauto había señalado a un periodista de este medio que jamás había visto los atracaderos que “medio mundo” conoce.
El modus operandi de los delincuentes funcionó perfectamente, pues los estibadores en ningún momento revelaron los nombres de los dueños de los puertos.
Sin embargo, saltaron a la luz que un tal “Ino” y Osvaldo serían los dueños de los atracaderos allanados ayer.
El contrabando es un delito que persiste debido a una alta complicidad de funcionarios, y diariamente entran y salen miles de toneladas de mercaderías.