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El carburante, con evidencias de ser parte de ordeño (extracción irregular de los buques), estaba distribuido en 19 tanques plásticos de 1.000 litros, así como en 100 tambores de 200 litros cada uno y en 5 bidones de 60 litros. Se encargaron del procedimiento las fiscalas Ana Luz Franco, de la Unidad penal Nº 4, y Claudia Alonso, de la Unidad especializada en Delitos Ambientales del Ministerio Público.
La comitiva cumplió la orden emitida por el Juzgado Penal de Garantías Nº 2, a cargo de la jueza Adelaida Servián. Además de combustible, la comitiva fiscal- policial incautó tambores, mangueras, embudos, sogas de amarre, elementos que habitualmente son utilizados en operaciones de ordeño.
Según los intervinientes, el volumen de la carga existente sería mayor, pero los responsables habrían sido advertidos del movimiento del Ministerio Público, “salvando” parte del cargamento antes de fugarse.