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Al cumplirse hoy una semana del crimen, el jefe de Homicidios de la Policía Nacional, comisario César Silguero, dejó entrever que la investigación conduce a un caso con un tinte pasional.
“Por lo menos no tenemos informaciones de que se trate de un ajuste de cuentas. Más bien apunta hacia lo pasional”, afirmó Silguero.
“La pesquisa está bien encaminada y muy pronto tendremos resultados. Probablemente, el lunes haremos un procedimiento con relación al caso”, refirió.
El jefe policial sostuvo también que hay sospechosos en la mira, pero que por razones investigativas dijo no poder entrar en detalles.
Los antecedentes
La funcionaria judicial María Verónica Antonella Gariazu Escobar (29) fue encontrada muerta y con tres impactos de bala la mañana del sábado anterior.
El cadáver estaba en un automóvil Nissan Sunny gris con chapa BLP 826, estacionado al costado de la cancha del club Rubio Ñu de la compañía Maramburé de Luque.
Ese mismo día y en el marco de la pesquisa, la Policía demoró a la actual pareja de la víctima y dueño del referido vehículo, Diego Armando Coronel (32), como así también al exmarido, Marcelo David Espínola Gayoso (33). Ambos fueron liberados posteriormente por falta de pruebas.
También está investigada la abogada Ninfa Morales, una amiga íntima y compañera de labores de la víctima en el estudio jurídico de Rodrigo Blanco, donde también trabajaba.