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MIAMI (AFP). Moreno había sido arrestado el 27 de junio de 2017 en Colombia, respondiendo a una circular roja de la Interpol, menos de un año después de haber sido nombrado director de la unidad anticorrupción de la fiscalía.
Requerido por la justicia estadounidense, fue extraditado el 17 de mayo de 2018. Tres meses después se declaró culpable del cargo de lavado de dinero. El acuerdo con la fiscalía federal en Miami señalaba como sentencia recomendada entre 7 y 9 años de prisión, pero la jueza federal Ursula Ungaro sentenció a Moreno a la mitad de este período.
Al tomar esta decisión, la magistrada estadounidense tuvo en cuenta que Moreno Rivera ya había sido sentenciado en su país por usar su cargo para extorsionar a personalidades políticas bajo investigación, según el Miami Herald.
Moreno fue acusado en Colombia de complicidad para obtener gruesas sumas de dinero de parte del exgobernador del departamento de Córdoba (noroeste) Alejandro Lyons a cambio de incidir en investigaciones en las que este estaba señalado de malversación de fondos.
A cambio del equivalente a 34.500 dólares, Moreno le entregaría a Lyons –quien había sido reclutado como informante de la fiscalía– las declaraciones juradas de personas que habían atestiguado en su contra.
En junio de 2017, Moreno y el abogado Leonardo Luis Pinilla viajaron a Miami para reunirse con Lyons, quien bajo instrucciones de la DEA les entregó 10.000 dólares como depósito. El dinero fue hallado cuando Moreno y Pinilla abordaron el vuelo de regreso a Bogotá.